martes, 23 de mayo de 2006

Vuelvo a los kioskos

Había reneegado ya muchas veces de los kioskos. Las revistas yo no me parecian lo de antes: las de "política", tetas; las de "ciencia", tetas; y las de tetas, política. Un despropósito. Ya sólo acudía a ellos a comprar el jueves, la única revista que creía mínimamente seria. Ni siquiera el periódico lo compraba, ya que podía leerlo gratisa en la facultad o mirarlo por internet. Sin embargo, estaba muy equivocado.

Llevo varias semanas acudiendo fielmente a varios kioskos de la zona (no me gusta comprar todo en el mismo sitio, creo que es mejor repartir el mercado para dar más oportunidades) y comprando, a veces de forma aleatoria y otras de forma premeditada, revistas y diarios a los que nuna me había acercado. Algunas ya viejas, otras recién nacidas. La verdad, creo que la oferta del mercado es apasionante y merece un estudio profundo y sesudo ya que cubre un rango de aficiones antes insospechadas. Así, a golpe de memoria, puedo recordar, al menos, 3 revistas sobre tatuajes, 4 ó 5 de tetas y otras cosas de chicas "con los 18 recién cumplidos", 2 de jardinería, una exclusivamente de reguetón de ese, dos "catálogos del corte inglés" sobre la actualidad del mercado DVD, otras 2 sobre cámaras y fotografía digital, una que se llama hacking y reza en su portada de este mes "cómo infiltrarte en los mails de los demás" (o algo parecido), varias de negocios, varias de ciencia, alguna que otra sobre la actualidad política y demás (Aparte de las clásicas Interviu, Tiempo y claves), muchas para hombres, cientos para mujeres, 3 o 4 de asiáticas desnudas, una de relatos eróticos, dos sobre perros, tres sobre caza y pesaca... y podría seguir así citando muchas más especialidades....

Ciertamente, el que se aburra en este país, no tiene derecho. Hay público objetivo para todo tipo de aficiones... y, por si se da en caso de que no tengas ninguna, en el kiosko puedes empezar muchas nuevas, ya sea con los coleccionables de cine austrohúngaro de los años 20 (campo en el que se necesitan expertos, trabajo asegurado) o con los regalos que ofrecen las revistas antes citadas para intentar que alguien las compre... que muchos de ellos son curiosos a más no poder y que son los que condicionan mis compras aleatorias. En dos semanas he conseguido, por menos de 20€, un reloj que proyecta la hora en el techo, el telefilm de Napoleón de Gerard DePardieu, la película de Cristobal Colón (la de la música de Vangelis), un cuento infantil, un "poster exclusivo de Luccy", una falda marrón (no pregunteis por qué compré esa revista, fue un ataque consumista) y alguina cosilla más. !Cómo me arrepiento de haber abandionado los kioskos! Por cierto, en sucesivos posts, reseñas de las revistas compradas. a cada cual más interesante.

No hay comentarios: