jueves, 12 de mayo de 2005

La importancia de la tipografía

Me hizo gracia esta entrada de Microsiervos en la que nos llevan a una página que condena a la letra Comic Sans como la más horrorosa de la historia. Ojeando los comentarios de los lectores, me encontré con uno que decía "El tipo de letra me parece una cosa bastante superflua como para ponerse a discutir :S" (es el comentario 24).
Pues bien, puede que el tipo de letra que se utiliza en tal página o para tal documento no sea el tema de conversación habitual con tu vecino de enfrente, pero no obstante, el uso de las tipografías no es para nada superfluo. A fin de cuenta, el 70% de la información que recibimos al día nos llega por vía escrita, y no es lo mismo leer un folio con letra arial, tamaño 12 y con un interlineado de 1,5 que leer el mismo texto con letra impact, tamaño 6 y con un interlineado simple. La legibilidad baja considerablemete.
A la hora de diseñar cualquier cosa que tenga texto es importante, por tanto, cuidar mucho la tipografía que se va a utilizar. Si la página tiene gran volúmen de texto (una página web, por ejemplo), nos interesa que sea una letra que no canse mucho, que sea fácil de leer y que no aburra. Si nos encontramos, por el contrario, con un cartel en el que el texto es un simple acompañamiento, nos interesa más que las letras actúen como dibujos, que llamen la atención.

Imaginemos que nos encontramos haciendo el diseño para un blog. Pensemos ahora cómo debe ser el cuerpo de texto de los posts. Escogeremos caracteres que sean abiertos y bien proporcionados, con regularidad en los tipos y con remates clásicos, es decir, letras romanas y, a ser posible, sans serif. El interlineado debe mostrar un poco del fondo de la página, de forma que quien mire el texto no se encuentre una mancha negra (supongamos que escribimos en negro sobre fondo blanco) y aburrida que parece interminable. Eso le hechará para atrás. Hay un truco de diseño que es calcular un interlineado de aproximadamente un 20% más de puntos que el tamaño de la fuente. Despues elegiremos el tamaño... no queremos que se queden ciegos intentando ver lo que pone, pero tampoco queremos que se sientan devorados por letras enormes. Yo recomiendo un tamaño entre 8 y 12 puntos, reservando tamaños mayores para títulos y cosas así. Finalmente, elegiremos el espacio a lo ancho que va a ocupar. Esto es, el ancho de línea. Piensa que si la línea es demasiado larga, en lector se cansará y que si es demasiado corta, estará constantemente cambiando de línea y pude marearse. El máximo de carácteres por línea nunca debe superar los 60, y eso tirando muy alto para un texto que va a presentarse en el monitor. Finalemente atenderemos a otros factores como el espacio entre caracteres o el color de la fuente, en los que interviene el buen criterio del autor (aunque recomiendo que las letras nunca lleguen a tocarse ni estén separadas por más de 2puntos y que los colores sean más cercanos al negro que al blanco y armonicen con el fondo.)

A parte de estos consejos básicos, debería hablar de los diferentes tipos de fuentes y sus usos, pero eso lo dejo para un artículo exclusivo. Si quereis comprobar las diferencias de legibilidad de las que hablo en este post, podeis entrar en este selector de tipografias on line que saqué de los mismos comentarios de Microsiervos.

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