lunes, 7 de agosto de 2006

Consumaste

Consumaste, cabrón, consumaste. Y yo, miserablemente, me alegré por tí.

Bueno, Dios de las Hostias, ya estoy encaminado no? Ya me has mostrado una via de santidad. Ya me he sacrificado, ya estoy de nuevo en el redil ¿verdad? o tal vez no. Ya veremos si acabo siendo el tipo de santo que tu quieres o no. Por ahora, ya me debes un sacrificio. Y de los gordos.

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