domingo, 24 de abril de 2005

Técnicas de creatividad: elementos ajenos

Dineñar, escribir, componer, dibujar y, en definitiva casi todas la artes, tienen algo en común: la creatividad. Yo he practicado muchas de ellas, algunas con mejor resultado que otras, pero siempre he tenido algo que, según los expertos, no existe: inspiración.
Mucha gente escribe muy bien, posee un estilo magnífico y un vocabulario propio de un estudioso del diccionario pero, sin embargo, se confiesa incapaz de inventar una trama, dice que no se siente inspirado, que no logra crear personajes o personalidades. Algunos de ellos, acaban incluso aborreciendo la escritura. Para ellos, artistas en el interior, escribo este post buscando, tal vez ayudarles.
Es cierto que la inspiración, la musa, no existe. La ingeniosidad y la creatividad no son caracteristicas innatas que vienen impresas en nuestros genes. Son facultades de nuestro cerebro y, como todas las facultades humanas, pueden aprenderse y ejercitarse. Una forma de ejercitarla y de lograr buenas ideas para historias es observar algo que no sea nuestro, un objeto o una imágen ajenos y hacerlos nuestros. Es un sistema que se utiliza en las escuelas con los niños más pequeños, dándoles una serie de dibujos para que construyan una historia con ellos.
Hay cientos de cosas que podemos utilizar: dibujos, carteles, fotogramas de películas que no hemos visto, fragmentos de textos, fotografías... concretamente, a partir de dos fotografías que encontré por la red, construí mi último relato en microrelatos.

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